Ellos pertenecen al Consorcio Manglares del Noroeste del Perú en Tumbes, ganadores de la primera edición de Emprendedores por Naturaleza.
Autor de la nota: Sernanp
Por segundo año consecutivo, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), organismo adscrito al Ministerio del Ambiente, y Profonanpe, Fondo Ambiental del Perú, llevaron a cabo el concurso Emprendedores por Naturaleza, iniciativa que busca potenciar emprendimientos que desarrollan actividades en el ámbito de las áreas naturales protegidas, y que contribuyen a su conservación, generando así desarrollo económico y social en estos espacios.
En esta segunda edición se destinó un total de S/1´519,430 soles, monto con el cual se financiará la reactivación y mejoramiento de 27 emprendimientos que se vieron afectados por la pandemia por el Covid- 19 y que hoy buscan potenciar sus actividades.
Cada uno de los emprendimientos ganadores accederán a un financiamiento individual de entre 30 mil a 60 mil soles. Los beneficiarios del concurso son personas naturales y jurídicas, de nacionalidad peruana con emprendimientos constituidos por más de 2 años, y de los cuales el 30 % son liderados por mujeres emprendedoras de diversas partes del país.
Estas iniciativas se desarrollan en 22 áreas naturales protegidas como el Parque Nacional del Manu, el Bosque de Protección Alto Mayo, la Reserva Nacional Tambopata, la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas, entre otros espacios protegidos en 15 regiones. Las temáticas elegidas para esta edición fueron turismo, aprovechamiento de recursos naturales como café y cacao, artesanías y elaboración de productos a base de cuero de pescado y vegetal.
Conoce la lista completa de los emprendimientos ganadores ingresando al siguiente enlace: https://profonanpe.org.pe/concurso-emprendedores-por-naturaleza/
El dato:
Emprendedores por Naturaleza es un concurso del Programa para la Conservación y Desarrollo Sostenible (PROCODES), impulsado por el Sernanp, con el objetivo de impulsar emprendimientos privados para el uso sostenible de recursos naturales, demostrando así el valor de las áreas naturales protegidas como polos de desarrollo económico y social en beneficio de las comunidades y poblaciones que viven en el ámbito de estos espacios.