Un año después de instaurado el “Día de las Áreas Naturales Protegidas (ANP)” en el Perú, nos corresponde mirar en retrospectiva y entender que, aunque ya tengamos una fecha en nuestro calendario para recordarlas, todavía nos falta un largo camino para reconocer su impacto real en nuestra vida cotidiana, en particular, en el futuro de nuestras sociedades. Hemos interiorizado y reconocido de manera bastante satisfactoria el valor de las ANP en un adecuado funcionamiento del ecosistema y, por tanto, somos conscientes de su papel en la enorme red que hace que nuestro planeta continúe respirando cada día. No obstante, no nos hemos sensibilizado sobre el provecho que genera la diversidad biológica al suministrarnos de bienes y servicios ambientales, además de alimentos para nuestra vida diaria. De las ANP no solo recibimos alimentos y agua, sino también la calidad de aire que nos permite respirar cada día.
Son responsables de la regulación del clima, del tratamiento de las aguas de desecho e incluso de frenar la propagación de las pestes. Y ni qué decir, que ahora en medio de una situación difícil como el COVID-19, y que ha impactado profundamente en esas casi 4 millones de personas que tiene un problema de salud mental, las hemos valorado aún más.
Por otro lado, su recurso hídrico constituye no solo una fuente indispensable para el país, sino también que solo el agua que genera para consumo doméstico está valorada en USD 81 millones de dólares anuales. Del mismo modo, para uso energético, está valorada en USD 320.5 millones de dólares, y para la producción agrícola, en USD 513.9 millones de dólares. Por otra parte, si profundizamos en su potencial económico, encontramos que por cada dólar invertido en las ANP turísticas, se generan en la economía nacional 146 dólares . Según un análisis de Conservation Strategy Fund, esta cifra alcanzó los 2,340 millones de soles en el 2017, lo que significó la creación de 36,000 empleos dentro y alrededor de las áreas protegidas.
Concluimos entonces que las ANP son tanto una fuente de suministros de alimentos, como una opción viable y sostenible para – de ser gestionada correctamente – generar réditos notables para los países. Y a pesar de todo el impacto positivo que nos genera, el Sernanp ha estimado que para asegurar la sostenibilidad financiera de las ANP, existe una brecha financiera de 20 millones de dólares al año.
Es a partir de ese desafío que nace la Iniciativa Patrimonio Natural del Perú (PdP), como la mejor alternativa para unir a empresas, sector público y ciudadanía con la finalidad de conservar esa naturaleza que tanto amamos y necesitamos. Hoy, en el Día de las ANP, como Profonanpe reafirmamos nuestro propósito de promover la sostenibilidad de la vida conectando a la humanidad con el medio ambiente, impulsando y acompañando la iniciativa Patrimonio Natural del Perú.
Fortalezcamos el trabajo conjunto y aportemos hoy al futuro que deseamos. Necesitamos más que nunca reconocer que proteger y fortalecer la gestión de nuestras Áreas Naturales es la mejor inversión para nuestro presente. Nuestros hijos e hijas lo merecen, nuestra vida diaria lo necesita.