Desde la creación del Parque Nacional Cutervo en 1961, la primera Área Natural Protegida (ANP) en el país, el sistema de áreas protegidas de carácter nacional ha ido creciendo de forma gradual y sostenible hasta alcanzar un total de 76 ANP de administración nacional a la fecha. A la par del crecimiento del sistema, las amenazas hacia la biodiversidad y la presión sobre los ecosistemas ha ido en aumento. Con ello, las necesidades de financiamiento para que las ANP puedan alcanzar una gestión efectiva son cada vez mayores. Uno de los principales retos ha sido conseguir los recursos financieros necesarios para la adecuada conservación de estos espacios protegidos. No obstante, los recursos públicos son insuficientes, la cooperación internacional está redireccionando esfuerzos a otras regiones geográficas y la actual crisis económica-sanitaria está haciendo que los diferentes actores redireccionen sus esfuerzos hacia otros fines, sin caer en cuenta de la estrecha relación que hay entre la salud de los ecosistemas y el bienestar humano.
En un esfuerzo por dimensionar la cantidad de recursos necesarios para cubrir los costos de gestión de las ANP, es que se ha cuantificado el déficit de financiamiento –también llamado brecha financiera- de las ANP nacionales. Es decir, la cantidad de recursos que no es asumida por el gobierno ni los diversos actores vinculados a la gestión. León (2007) hace un primer intento de estimar la brecha financiera anual para todo el sistema de áreas protegidas en aproximadamente S/ 66 millones (US$ 20 millones). Por su parte, la Iniciativa Patrimonio del Perú (2021), estimó que para las 38 ANP del bioma amazónico se tiene una brecha financiera de S/ 46.2 millones (US$ 14 millones).
Con la aparición de la pandemia de la COVID-19 y las acciones implementadas por el Estado Peruano con el fin de contener el avance del virus, se generó un impacto en la asignación de los recursos públicos, así como se vieron limitadas las actividades que generan recaudación en las ANP, como la actividad turística. El presupuesto público del SERNANP para el 2021, fue de aproximadamente 83 millones de soles que representa una caída del 25% respecto a su presupuesto del 2020. El año 2022 se mantuvo el presupuesto del 2021, sin embargo, por la inflación inusual de ese año, es como si se hubiese tenido una caída del 6% en términos reales con respecto al año anterior. La evolución del presupuesto público se puede apreciar en el siguiente gráfico, que como se aprecia, aún en la actualidad estamos lejos de los niveles presupuestales pre-pandemia.
Evolución del presupuesto público por fuentes de financiamiento 2009-2022
(en nuevos soles S/)
De la misma manera, el confinamiento social, las limitaciones para desplazarse al interior del país y el cierre del espacio aéreo nacional ocasionaron la caída de la actividad turística a nivel nacional, principalmente de público extranjero. Esto generó una menor recaudación en muchas ANP. Los menores ingresos, se vieron reflejados en lo recaudado en el 2021 con S/ 5.6 millones, 83% menor respecto al 2020. Para el 2022, se ha tenido un ligero incremento, pero representa menos de la mitad de lo que se tenía en el 2019.
Este contexto obliga a tomar una pausa y repensar sobre la necesidad de establecer una estrategia de Sostenibilidad Financiera para las ANP, considerando que la pandemia incrementó la brecha financiera existente, lo que nos obliga a diversificar las fuentes de financiamiento e impulsar mecanismos innovadores. De esta manera, se pueden integrar diversos enfoques que vayan desde la generación de mayores recursos, la optimización del gasto, así como reducir y/o compartir costos de gestión a lo largo del tiempo con la incorporación de alianzas estratégicas.
Desde la Iniciativa Patrimonio del Perú, principalmente a través del proyecto GEF 6 “Asegurando el futuro de las ANP del Perú” se viene acompañando al SERNANP – a través de la Unidad de Sostenibilidad Financiera-, para articular la planificación financiera en la planificación estratégica de la institución, las cuales van de la mano, por eso la importancia de esta articulación, con el fin de tener una visión integral de la conservación de las ANP.
Asimismo, se viene impulsando nuevos o potenciados mecanismos de financiamiento con la finalidad de cubrir la brecha financiera en el mediano y largo plazo, así como diversificar las fuentes y canales de recaudación. Algunos ejemplos de estos mecanismos son la promoción de un mecanismo de retribución por servicios ecosistémicos (MERESE) hídrico en la Reserva Nacional Allpahuayo Mishana; una nueva metodología de Compensación Ambiental para que proyectos de gran inversión tengan la oportunidad de compensar en sitios clave y conservar las ANP; una propuesta de ley para que el SERNANP cuente con potestad de ejecución coactiva en el cobro de multas e infracciones; una propuesta de actualización de tarifas de ingreso a las ANP, y pensar en redireccionar recursos financieros hacia la conservación de cabeceras de cuenca, entre otros.
También, creemos que la participación de la sociedad civil y sector empresarial es necesaria para la conservación de las ANP. De esta manera, se viene implementando un sistema de donaciones en cuatro ANP para que los visitantes aporten en la gestión de estas áreas, a través de la plataforma “Perú por Naturaleza”. Asimismo, a través del Proyecto INNOVA ANP que cuenta con el financiamiento de la Fundación Moore y el GEF6, y es implementado de forma conjunta por Profonanpe y SERNANP, se diseñan estrategias empresariales como la Banca Verde para impulsar productos financieros que generen recursos adicionales al SINANPE y de involucrar a empresas para conservar a través de su responsabilidad social empresarial y otros productos diseñados en conjunto con ellos.
Sin embargo, este camino que recién empieza, hace necesario el apoyo político más allá del SERNANP, donde es clave involucrar al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR), hasta el mismo Congreso de la República para implementar mecanismos de financiamiento que generen una mayor recaudación como los impuestos verdes, los bonos temáticos, las modificaciones al Impuesto Extraordinario de Promoción al Desarrollo del Turismo Nacional y al gravamen a las bolsas plásticas y otras iniciativas de impacto, para que parte de la recaudación de estos instrumentos vayan a las ANP, y contribuyan con el bienestar de millones de personas del país.
Este es un camino de mediano y largo plazo, pero hay que empezar ahora. Ese es el desafío para el cual es de suma importancia el soporte de todos los servidores y funcionarios del Sernanp, como institución líder de la iniciativa PdP para la sostenibilidad financiera de la gestión efectiva de las ANP, y con ello la contribución de los actores clave a través de alianzas estratégicas con otros sectores públicos y con el sector privado.
Tomar conciencia de la importancia de conservar las ANP y que se disponga de recursos financieros a lo largo del tiempo, es una tarea de todos, desde el aparato estatal, sector empresarial, ONG, academia y la ciudadanía. Cambiar la mirada de que estas áreas, además que nos brindan seguridad alimentaria, salud, cultura y demás servicios ecosistémicos, son sobre todo, un espacio que debe fomentar el desarrollo de las poblaciones locales, comunidades nativas y del país mismo ¡Soñar no cuesta nada! ¡La acción es ahora!
Contamos contigo.
Autores:
Martín Astocóndor
Especialista económico de Iniciativa Patrimonio Natural del Perú
[email protected]
Alberto Cuba
Especialista en sostenibilidad financiera del proyecto GEF 6 – Iniciativa Patrimonio Natural del Perú
[email protected]
