El trabajo de guardaparque siempre se ha caracterizado por demandar mucha resistencia y gran vocación de servicio, además de amor por las áreas naturales protegidas del Perú. Es una labor dedicada y constante, que implica largos periodos en zonas alejadas de las urbes y los centros, y que estén separados de las familias y amigos, mientras se encuentran expuestos a distintos tipos de riesgos para la defensa de nuestra biodiversidad.
Además de sus actividades de monitoreo y control de las ANP, los guardaparques cumplen un rol importante en la implementación de la educación ambiental, ya que trabajan con niñas y niños en talleres y actividades que tienen incidencia actualmente, y la seguirán teniendo a futuro. En esta tarea infinita de formación de ciudadanos conscientes y comprometidos con su medio ambiente, rescatamos su aporte de saberes, reflejados en las historias de vida que cada jueves nos comparten los guardaparques.
Así, durante las últimas semanas, hemos podido aprender de la valentía de Flor, encontramos inspiración en la tenacidad de César, nos admiramos de la determinación de Mirella, y anhelamos la convicción de Yeferson tanto como perseguimos la fortaleza de Sandra. Todas sus vivencias narradas, cada una con sus peculiaridades y fortalezas, nos dejan como lección que el camino de la conservación es extenso y extenuante, pero muy satisfactorio.
Por ello, apreciemos el impacto de sus quehaceres en la fluidez y sentido de nuestra vida, y reconozcámoslos como los héroes y heroínas invisibles que hacen que la gran máquina funcione. Procuremos conocer su trabajo y el rol que significa en la conservación del medio ambiente, y que sus rostros no se vuelvan secuencias efímeras que percibimos como ajenos a nuestras realidades, porque el fruto de su compromiso con la casa natural lo sentimos y vivimos todos los días, aunque no siempre lo veamos en la imagen de una ciudadela majestuosa o un paisaje deslumbrante, sino en el aire puro que sentimos en nuestro rostro o en el agua que disfrutamos. En este Día del Guardaparque Peruano, ya doce años después de su creación, asumamos también nuestra propia responsabilidad como ciudadanos por la conservación, e inspirémonos en las y los guardaparques para seguir construyendo Perú.
Empecemos por saber quiénes son, identificar sus rostros y poner en valor su trabajo. Hoy los y las guardaparques forman parte de Sernanp y son más de 793 hombres y mujeres encargados de liderar el cuidado de nuestra casa natural. Sabiendo eso, a nosotros nos toca también asumir un rol activo tanto en la visibilización como en la valoración objetiva de este trabajo, imprescindible para nuestra supervivencia.