En el ámbito del Área de Conservación Regional (ACR) Bosque Montano de Carpish, en Huánuco, la conservación es parte de la educación escolar. A través de la implementación de un plan de educación ambiental articulado a la currícula nacional diversificada para Huánuco, 15 instituciones educativas del ámbito de influencia del ACR han incorporado contenidos vinculados al bosque en sus sesiones de clase. Así, más de 1300 estudiantes están aprendiendo sobre biodiversidad, cuidado del agua y del aire, y prácticas sostenibles en sus comunidades.
“Dentro de la currícula escolar se habla de la biodiversidad del ACR, se habla de la cantidad de especies en matemáticas, por ejemplo. Se hacen composiciones, en literatura, con poesías en honor al ACR, a nuestros recursos naturales, a nuestros ríos, quebradas y lagunas, a nuestras aves endémicas, a nuestro oso de anteojos”, explica Luis Augusto Garrido, jefe del ACR Bosque Montano de Carpish. Esta labor se desarrolla con apoyo del Mecanismo Financiero de la Declaración Conjunta de Intención (DCI), en el apoyo a la gestión efectiva del ACR.
Además, los aprendizajes adquiridos por los alumnos en las aulas se están trasladando también al hogar: “La educación ambiental se está dando desde los docentes hacia los alumnos, pero también se da desde los hijos hacia los padres”. De esta manera, se viene generando una comunidad cada vez más consciente del cuidado del medio ambiente, con niñas, niños y adolescentes como protagonistas del cambio.
Una propuesta integrada al currículo escolar
La especialista en educación ambiental Mayela Morales Villarreal, quien lidera la implementación del plan, señala que el objetivo es que los estudiantes tengan conocimiento sobre educación ambiental desde una perspectiva cercana y cotidiana.
“Lo que se ha logrado a la fecha es que las 15 instituciones educativas incorporen dentro de su plan de trabajo anual la educación ambiental vinculada al ACR con los ejes temáticos: cuidado del medio ambiente, la biodiversidad de Carpish, el cuidado del agua y el aire y; por último, prácticas ambientales”, explica. Esto se trabaja de forma articulada en áreas como ciencia, comunicación, matemática, arte e incluso inglés, en todos los niveles educativos.
Institución Educativa Nº 33507 Mirador – Chinchao, uno de los 15 colegios que viene implementando el plan ambiental. (Foto: Profonanpe)
Morales resalta que esta experiencia de relacionamiento de la comunidad con áreas de conservación próxima a su entorno es pionera en el país: “En el currículo nacional no se prioriza esta actividad, solo se desarrolla de manera general como educación ambiental. Pero al presentar la ruta, los lineamientos y la intervención a la Dirección Regional de Educación, fue aceptado como un proceso de fortalecimiento de capacidades en las localidades seleccionadas”.
Docentes comprometidos con el territorio
En las instituciones educativas, el entusiasmo de la comunidad educativa es visible. Belda Reyes Jáuregui, directora de la I.E. 33507 del Centro Poblado El Mirador, resalta: “Nos sentimos muy comprometidos a trabajar desde las aulas. Hoy nos encontramos más involucrados y más comprometidos desde las instituciones educativas, y estamos trabajando con el tema del enfoque ambiental de manera transversal en todas las áreas”.
Trabajos de aula de quinto y sexto grado de primaria con temáticas vinculadas al ACR Bosque Montano de Carpish (Foto: Profonanpe)
En esa misma institución, la profesora Liz Gadi Rivera de quinto y sexto grado de primaria cuenta que sus estudiantes, pese a vivir cerca del bosque, desconocían su existencia. “Al enterarse que ellos tienen acá lo que es un área muy rica en flora y fauna, estaban muy emocionados. A los niños siempre les llama la atención los temas nuevos, y si es de su entorno, más todavía”.
Los aprendizajes se traducen en actividades como elaboración de infografías, escenificaciones y trabajos en grupo. La profesora Somalia Garay de tercer y cuarto grado de primaria realiza actividades de caracterización con sus alumnos, representando a diversas especies de flora y fauna del ACR como el oso de anteojos, el venado, el mono choro de cola amarilla y diversas orquídeas.
Alumnos de tercer y cuarto grado de primera de la Institución Educativa Nº 33507 Mirador – Chinchao caracterizados de animales del ACR Bosque Montano de Carpish. (Foto: Profonanpe)
Por su parte, Elías Cotrina Juipa, docente de ciencias en secundaria, destaca que este enfoque le permite conectar el aprendizaje con el entorno inmediato. “Casi todos los seres vivos de nuestro entorno también están en el Bosque Montano de Carpish. Entonces es un poco más práctico, más sencillo para los alumnos relacionar los temas que se desarrollan en los cursos con sus vivencias del día a día”.
Un modelo de educación para escalar
Según Luis Augusto Garrido, la Dirección Regional de Educación ha tomado esta experiencia como un modelo con potencial de ampliación: “Nos han anunciado que quieren masificar esto de manera escalonada a toda la región. Es la primera experiencia a nivel nacional que se desarrolla para un área natural protegida de manera oficial”.
La especialista Mayela Morales añade que para garantizar la sostenibilidad y el fortalecimiento de este plan, es necesario continuar desarrollando módulos educativos específicos sobre biodiversidad, además de organizar visitas guiadas de estudiantes y docentes al ACR. “Para institucionalizar, primero tenemos que trabajar con todas las instituciones del ámbito regional. Una vez logrado, se puede solicitar la institucionalización y presupuesto al Ministerio de Educación. Si esto se escala a los ámbitos de las ACR a nivel nacional, podemos llegar hasta un millón de estudiantes”, afirma Morales.
Sobre la Declaración Conjunta de Intención (DCI) – Fase 2
La Declaración Conjunta de Intención es un acuerdo voluntario de cooperación firmado por los gobiernos de Perú, Noruega y Alemania en 2014 para lograr la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero producidas por la deforestación y la degradación de los bosques. En la adenda firmada para el periodo 2021-2025, se incorporó el Reino Unido.
La DCI es liderada por el Ministerio del Ambiente y ejecutada por Profonanpe como mecanismo financiero, con la participación del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego, a través de SERFOR; el Ministerio de Cultura; los gobiernos regionales de San Martín, Huánuco, Ucayali, Loreto, Amazonas y Madre de Dios; y las organizaciones indígenas AIDESEP, CONAP y ANECAP. Asimismo, cuenta con el financiamiento de la Agencia Noruega de Cooperación al Desarrollo – NORAD. Conoce más aquí.