Joel Guerrero Burga, natural del caserío Agua Azul Chontalí y habitante de San José del Alto en la provincia de Jaén (Cajamarca) , conoce mejor que nadie la diversidad y singularidad de los bosques montanos. Allí donde la biodiversidad convive con la amenaza constante de la deforestación y agricultura migratoria, decidió forjar su camino: estudiar Ingeniería Forestal y Ambiental con la convicción de aportar al cuidado de su territorio a través del conocimiento y la acción comunitaria.
Su vocación nació en el campo, primero fue guardaparque voluntario en el Área de Conservación Regional Páramos y Bosques Montanos de Jaén y Tabaconas, labor que desempeñó por 2 años. En el 2024, pasó a ser monitor de control y vigilancia por 3 meses y hoy es guardaparque voluntario en la misma ACR. Su trabajo no se limita a recorrer senderos. Entre patrullajes e instalación de cámaras trampa, también impulsa la implementación de sistemas agroforestales con especies nativas como los romerillos (Podocarpus sp.), rehabilitando ecosistemas que sirven de refugio a aves y fauna silvestre. Una tarea silenciosa, pero esencial, para asegurar que los bosques sigan respirando.
Hoy, su conocimiento, esfuerzo y compromiso se suman a la propuesta para el establecimiento del Área de Conservación Regional Bosques Montanos de Huamantanga y Chorro Blanco como un actor clave para la articulación comunitaria y estratégica: “Proteger lo que aún queda es esencial. No se trata solo de extraer de la naturaleza, sino de aprender a convivir con ella”, afirma.
Las personas son los principales aliados de la conservación
En distritos como San José del Alto, el café es el principal sustento de miles de familias. Sin embargo, la expansión de parcelas hacia zonas elevadas (alrededor de los 2000 msnm) genera tensiones con la naturaleza. Frente a este desafío, la propuesta del Área de Conservación Regional Bosques Montanos de Huamantanga y Chorro Blanco busca articular comunidades, asociaciones, municipios, academia y autoridades, con especial énfasis en la participación de las mujeres, para impulsar alternativas productivas sostenibles.
La apuesta es clara: sin gobernanza sólida no hay conservación posible. Por eso el proyecto trabaja en generar confianza, compromiso y capacidades en liderazgo, conservación hemisférica, género e inclusión. Asimismo, para Joel, que desde niño sembraba árboles y aprendió a reconocer la riqueza de su entorno, este esfuerzo es también un proceso de diálogo constante con sus paisanos. A través de talleres con niñas, niños y jóvenes, se ha convertido en vocero de los beneficios de proteger los bosques.
El reto de convivir con la naturaleza
Las amenazas que enfrenta la biodiversidad son evidentes: entre 2001 y 2023 se perdieron más de 24,000 hectáreas de bosques en la región, es decir, alrededor de 1,000 hectáreas cada año. A ello se suman el incremento y la poca prevención de incendios forestales debiado a la escasa articulación institucional y prácticas tradicionales como la quema de vegetación para atraer lluvias, que provocan incendios y fragmentan ecosistemas.
Este contexto coloca en un estado vulnerabilidad a los bosques montanos de Huamantanga y Chorro Blanco, los cuales albergan especies amenazadas como la Pava Barbada (Penelope barbata), el Tucán “Siete colores” o “Pechiazul” (Andigena hypoglauca) y el Tororoi Peruano (Grallaricula peruviana), bioindicadoras que revelan la salud del ecosistema. Además, estos cuerpos frondosos verdes regulan la temperatura, almacenan carbono y son cabeceras de los ríos Chinchipe, Alto Marañón y Chamaya, fuentes de agua vitales para más de 116 mil personas en Jaén.
Como prueba de vida, en Puerta del Edén, el caserío donde vive Joel, se encuentra la catarata “La Maravilla del Edén”, descubierta hace apenas una década. Este espacio no solo alimenta los ríos de la región, también resguarda a aves y flora silvestre. Para Joel, es un recordatorio vivo de cómo las cascadas, bosques y cuencas sostienen la vida en equilibrio con las comunidades.

Catarata “La Maravilla del Edén”. Fotografía: Ángela Montero
Desde el 2021 se impulsan acciones en distintos niveles para hacer realidad el establecimiento del Área de Conservación Regional Bosques Montanos de Huamantanga y Chorro Blanco, liderada por el Gobierno Regional de Cajamarca con la participación de comunidades locales, municipios, la academia, SERNANP y el acompañamiento técnico de Naturaleza y Cultura Internacional. Actualmente, en su cuarta etapa de establecimiento, el proyecto cobra un nuevo impulso gracias al apoyo de la segunda edición de Conserva Aves, financiada por el Gobierno de Canadá.
En este proceso, Joel es una pieza clave: ciudadano, profesional y líder que conecta el compromiso local con los esfuerzos regionales e internacionales. “Siempre existe un beneficio al proteger: mitigamos el cambio climático y aseguramos agua y vida para las próximas generaciones”, resalta.
La Iniciativa Conserva Aves es liderada por American Bird Conservancy (ABC), National Audubon Society (Audubon), Bird Life International, Birds Canada y la Red de Fondos Ambientales de Latinoamérica y el Caribe (RedLAC). Los socios nacionales son Profonanpe y ECOAN, líderes de la ejecución en Perú, con financiamiento del gobierno de Canadá.