El Perú enfrenta un gran desafío: la contaminación por residuos sólidos, y la ciudad de Mala no es ajena a esta problemática. Lo que alguna vez fue un hermoso valle lleno de chacras y granjas familiares, hoy está siendo reemplazado por urbanizaciones y casas de campo, hoy se ve amenazado por la expansión de urbanizaciones y casas de campo. Cada año, un número creciente de pobladores se ve forzado a abandonar sus tierras, ya que el cambio en el uso del suelo y la disminución de los recursos hídricos subterráneos dificultan cada vez más la agricultura. En medio de esta transformación, un grupo de mujeres y emprendedores ha decidido innovar, desarrollando econegocios que no solo generan ingresos, sino que también contribuyen a la conservación de los ecosistemas y los cultivos tradicionales de la zona.
Chifles de plátano maleño: Valorizando lo local
A través de la Asociación Ecoproductores de Derivados de Plátano Maleño (Ecodep), impulsada por Profonanpe y la Compañía Minera Condestable, un grupo de mujeres ha encontrado en el plátano una oportunidad de crecimiento. Bajo la marca Puquchi (plátano en aymara), producen y comercializan chifles, dándole valor agregado al producto bandera del distrito y reduciendo el desperdicio de esta fruta en temporada alta. A la fecha, han procesado más de 3,700 kilos de plátano, transformándolos en 660 kilos de chifles, llevando este producto local a nuevos mercados.
Foto: Profonanpe
Productos de limpieza ecológicos: Aprovechando el aceite residual
En lugar de que el aceite usado, en la preparación de los chifles, termine contaminando los desagües y los ríos, la Asociación de Productores de Biofertilizantes de Mala (Probima), integrada por adultos mayores y mujeres maleñas, lo convierte en productos de limpieza ecológicos. Bajo la marca La Brillosita, han producido 1,000 jabones y 852 litros de removedores de grasa, ofreciendo soluciones innovadoras y amigables con el medio ambiente.
Foto: Profonanpe
Biofertilizantes y alimento balanceado: Economía circular en acción
Bajo la marca Nutriyawar, la asociación Probima produjo más de 1,500 litros de biofertilizantes 100% orgánicos y con altos nutrientes. Para ello empleó sangre bovina, proveniente del camal, residuos cárnicos, vísceras de pescado, entre otros. Asimismo, otro econegocio recientemente implementado produce alimento balanceado para aves y fraz (humus). Aquí se crían larvas de la mosca soldado negro, las cuales son alimentadas con residuos orgánicos de 2 mercados de Mala.
Foto: Profonanpe
Impacto social y ambiental
Estos tres econegocios, que tienen un enfoque de economía circular, no solo generan beneficios ambientales, sino que también impulsan la inclusión social y económica. Actualmente, es una fuente adicional de ingresos para 30 personas, de las cuales el 85 % son mujeres y el 10 % son adultos mayores de 72 años, brindándoles una nueva oportunidad de trabajo y empoderamiento.
De esta forma, desde el 2024, se han aprovechado 6.0 toneladas de residuos orgánicos y se han evitado la emisión de 6.2 toneladas de CO2. Además, se ha evitado la contaminación de más de 131 mil litros de agua por el reúso del aceite.