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Comunidades que cuidan: gestión efectiva de áreas de conservación en Loreto

Comunidades indígenas y el Gobierno Regional de Loreto suman esfuerzos para proteger el bosque amazónico. Con vigilancia comunal fortalecida por tecnología y actividades económicas sostenibles, demuestran que conservando también se construye bienestar.

Foto: Profonanpe

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En el corazón de Loreto, cuatro Áreas de Conservación Regional (ACR) son gestionadas de forma conjunta por el Gobierno Regional y las comunidades nativas. Con el apoyo del Mecanismo Financiero de la Declaración Conjunta de Intención (DCI), conservan el bosque a través de patrullajes de vigilancia y fortalecen sus actividades productivas.

 

Vigilancia comunal: tecnología y compromiso en defensa del bosque

La protección del bosque en Loreto se construye cada día en el terreno, con el compromiso de las comunidades a través de sus organizaciones locales de vigilancia. En el ACR Comunal Tamshiyacu Tahuayo, la organización ha sido clave para proteger el territorio. Gilberto Flores, vigilante comunal, lo explica: “Nosotros como comuneros estamos comprometidos. Cada vez que hay patrullaje, nos unimos para cuidar lo que tenemos.

 

Gilberto Flores realizando patrullaje comunal en la zona de influencia del ACR Comunal Tamshiyacu Tahuayo, región Loreto. (Foto: Profonanpe)

 

Este compromiso se ha fortalecido con el respaldo del Mecanismo Financiero de la DCI, fortaleciendo los patrullajes comunales con equipos, herramientas y logística. “El apoyo que recibimos en equipos y logística con víveres y combustible es importante para poder salir a patrullar. Eso facilita nuestro trabajo, para hacerlo de forma más ordenada”, señala Rubiel Alvarado, vigilante comunal del ACR Maijuna Kichwa.

 

Además, la tecnología es un elemento clave. Hoy, en lugar de registrar observaciones en papel como solían hacer antes, los vigilantes usan el aplicativo SMART, instalado en smartphones entregados por el proyecto. “Ahí tú llenas tu inicio de patrullaje, tu destino, a dónde vas, marcas tu recorrido, lo que observas, tienes para que tomes fotos”, explica Rubiel.

 

Rubiel Alvarado realizando patrullaje en la zona de influencia del ACR Maijuna Kichwa, región Loreto. (Foto: Profonanpe)

 

Desde la jefatura del ACR Tamshiyacu Tahuayo, Isabel Ayala destaca el impacto de esta herramienta en el empoderamiento comunitario “El SMART fortalece a las comunidades, les empodera para que ellos puedan salir hacia sus patrullajes, dejando de lado el formato de patrullaje con una hoja.”

 

El modelo de vigilancia comunal, ahora más equipado, ágil y preciso con el uso del aplicativo SMART, es un ejemplo de cómo la gestión conjunta entre Estado, comunidades y los proyectos de cooperación internacional se puede traducir en frutos concretos para la conservación. En total, se han entregado 16 smartphones a las cuatro Áreas de Conservación Regional en Loreto para fortalecer este trabajo en campo”. 

 

Emprendimientos sostenibles: generar ingresos conservando

En la comunidad de Porvenir de Inayuga, ubicada en la zona de influencia del ACR Maijuna Kichwa, un grupo de artesanos viene transformando la madera caída del bosque en piezas utilitarias como tazones, porta tortas o mazos. Este esfuerzo se potenciará con el plan de negocio que se viene impulsando para la asociación, el cual busca mejorar las condiciones de producción, ampliar el taller y acceder a nuevos mercados.

 

“Queremos producir más artes, más modelos, pero necesitamos herramientas, capacitaciones. Ahorita tenemos solo un torno pequeño y poco espacio”, comenta Celso Dahua, artesano de madera dura. Él y sus compañeros aprovechan sobre todo los árboles caídos, respetando el bosque que los rodea.

 

Celso Dahua en el taller de producción de artesanías de madera dura de la asociación de Artesanos de Porvenir de Inayuga, región Loreto. (Foto: Profonanpe)

 

Gledesi Rubio, también artesana, comparte la misma expectativa: “Con el plan de negocio esperamos tener más beneficio para nuestra familia. Queremos más ventas, y para eso necesitamos mejorar nuestros productos, aprender más con capacitaciones, y tener más tornos para trabajar”o.

 

Este trabajo se inserta dentro de un enfoque más amplio de desarrollo sostenible. Enrique López, jefe del ACR Maijuna Kichwa, explica: “La elaboración de los planes de negocio les va a permitir cerrar brechas, obtener mejores ingresos económicos y dar sostenibilidad a sus actividades. La expectativa es que las comunidades se empoderen y generen sus propios recursos, tanto para sus familias como para apoyar también la vigilancia del bosque”

 

Desde el acompañamiento técnico, Homero Rivas —consultor a cargo del plan de negocio— destaca el potencial de la asociación: “Ellos ya venían trabajando con maderas duras como la granadilla o el palisangre, pero ahora van a mejorar sus talleres, sus acabados, y van a estandarizar su producción para llegar a mercados más grandes. Se ha demostrado que este modelo tiene rentabilidad económica y sostenibilidad ambiental”.

 

Herramientas e insumos en el taller de artesanías de madera dura de la Asociación de Artesanos de Porvenir de Inayuga, región Loreto. (Foto: Profonanpe)

 

Los planes de negocio permiten así que la conservación no sea solo protección, sino también una oportunidad concreta de desarrollo económico para las comunidades, basada en el uso responsable de sus recursos y su conocimiento del territorio.

 

Conservar con las comunidadeso

Los resultados en Loreto muestran que la conservación es más efectiva cuando se hace desde el territorio y con quienes lo habitan. Con el acompañamiento del Mecanismo Financiero de la DCI, se ha fortalecido una gestión integral basada en la vigilancia, la producción sostenible y la participación activa de las comunidades nativas.

 

A nivel nacional, la DCI viene apoyando la gestión de cerca de 2,5 millones de hectáreas en ocho Áreas de Conservación Regional. Alrededor de 300 comunidades se han beneficiado con patrullajes de vigilancia, fortaleciendo su rol en la protección del bosque y aportando a la construcción de una Amazonía sostenible.

 

Sobre la Declaración Conjunta de Intención (DCI) – Fase 2

La Declaración Conjunta de Intención es un acuerdo voluntario de cooperación firmado por los gobiernos de Perú, Noruega y Alemania en 2014 para lograr la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero producidas por la deforestación y la degradación de los bosques. En la adenda firmada para el periodo 2021-2025, se incorporó el Reino Unido. 

 

La DCI es liderada por el Ministerio del Ambiente y ejecutada por Profonanpe como mecanismo financiero, con la participación del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego, a través de SERFOR; el Ministerio de Cultura; los gobiernos regionales de San Martín, Huánuco, Ucayali, Loreto, Amazonas y Madre de Dios; y las organizaciones indígenas AIDESEP, CONAP y ANECAP. Asimismo, cuenta con el financiamiento de la Agencia Noruega de Cooperación al Desarrollo – NORAD. Conoce más aquí.

Elizabeth García

Elizabeth García

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